Tumbas antropomorfas
En los alrededores del pueblo hay numerosas tumbas excavadas en roca, como una situada en el paraje Aguas de Verano, muy bien conservada. Su tipología es principalmente rectangular y su tamaño es variable.
La mayoría de ellas han sido violadas o usadas como pilas para el ganado, por lo cual no han podido ser datadas con exactitud. Una hipótesis es que son de la época paleocristiana o tardorromana, como las de Valencia de Alcántara, Herreruela y Salorino.
Allí decía Jugimo que González Cordero era quien más había estudiado las tumbas excavadas en roca que están repartidas por la provincia de Cáceres. Bien, pero no debemos olvidar que ya en 1911 Sanguino Michel las trató con motivo de la inspección de la finca de Las Torrecillas, en Alcuéscar, y muy posteriormente Fernández-Oxea las volvió a tratar con motivo de “Seis inscripciones romanas en tierras cacereñas”.
Más recientemente, Ramos Rubio ha publicado las tumbas excavadas en roca de los alrededores de Trujillo, que González Cordero no había citado. Están en Huertas de Ánimas; en el convento de Santa María; en Aguas Viejas; en la finca «La Redonda»; en Huertas de Belén; en la finca «Calderonas» y en «La Costera» junto a la carretera de Plasencia.
Ramos explica que unas están individualizadas, sin formar necrópolis completas y otras, las menos, sí las forman como en la Huerta de la Aldea, en Mata de Alcántara, o (añado yo) la de Arroyo de la Luz, presentada por Jugimo en el antecitado portal. Él efectivamente también considera que se trata de tumbas fechables entre los siglos VI y VII d. C.
La mayoría de las tumbas no están orientadas de modo predeterminado sino que buscan más bien su mejor colocación en la roca. Existen en Trujillo dos cubiertas, de lajas de granito, próximas a sus tumbas, sobre las cuales habrían estado puestas un día; posiblemente se añadiría tierra para reforzar el sellado de la tumba.
El difunto, quizás vestido, era enterrado sin féretro pues estas tumbas generalmente constituían a la vez ataúd y fosa.
Respecto a los ajuares en las tumbas no ha sobrevivido más que hebillas o broches que ceñían la mortaja como los localizados en las tumbas de Alcuéscar o Robledillo de Trujillo. La inmensa mayoría de las tumbas de piedra, es bien sabido, han sufrido el saqueo más completo.
En otros lugares de España también han sido estudiadas tumbas de diversas variantes. Están los estudios de Fabián y de Santonja en Salamanca, de Del Castillo en Soria, Logroño y Burgos, de Bielsa en Zaragoza y de Golvano en Segovia.
Por último, no quiero dejar de citar la tumba antropomorfa en roca curiosamente situada en la alto de la Sierra del Aljibe en la provincia de Cádiz y que da nombre al pico de Pilita de la Reina. Se la ofrezco al lector.
No lejos de ella hay otros ejemplares, circundando lugares emblemáticos en arte rupestre esquemático como el abrigo de Bacinete o el Tajo de las Figuras; en éste, por su forma dieron nombre a la sierra: Sierra de las Momias o de la Momia. Esta ubicación daría para reflexionar sobre las cronologías y la reutilización, en donde creo que hay mucha tela que cortar.
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